La noche dedicada a los 80’s llenó el Movistar Arena con un público transversal y emocionado con cada banda que pisó el escenario. Las 3 voces que se tomaron el Arena de esta nueva jornada, no sólo llegaron para ser escuchados por el público nacional, también demostraron que fueron las estrellas protagonistas de los 80’s, y que siguen siendo vigentes.

A las 9 en punto abrió Blondie, entregando un setlist increíble, incluyendo clásicos como "Atomic", "Call Me" y "Maria". La agrupación ya ha tocado en nuestro país, pero está vez fue más espectacular, debido a la gran producción que existió ese sábado en el Arena. Con una banda de lujo reprodujeron lo mejor de su discografía con una exactitud envidiable. Tema aparte fue ver y escuchar a la increíble Deborah Harry. Su voz se mantiene impecable, y más increíble aún es ver que su actitud callejera sigue intacta. Blondie fue el plato fuerte que fuimos a ver y quedamos satisfechos.

Luego fue el turno de Rick Astley, del que personalmente no esperábamos mucho, pero que luego de un buen rato de show nos dimos cuenta que el tipo la rompió y que gran parte del público asistente fue para verlo a él. De acuerdo a la crítica de otros sitios, la participación de Astley fue el momento penca del Pepsi Fest ¿Y esos dónde estuvieron? La gente coreó cada canción, las baladas iban acompañadas de abrazos y gritos eufóricos por parte de los presentes. Aunque tampoco podemos pedirle peras al manzano, Rick Astley tiene un setlist limitado, pero extraordinariamente manejado. De verdad que ver el Arena Santiago cantando, gritando y bailando cada uno de los temas de Rick Astley me dio a entender que estábamos enfrente de un fenómeno. Es cierto, las imágenes para decorar el escenario no eran de lo mejor (parecidas a Windows Media Player), pero la presencia de Astley bastó para mantener un show sorprendente. Una de las sorpresas de la noche que trajo el inglés, no fue sólo el detalle de sostener una taza de té durante unos minutos en el que mantenía contacto con el público; el golpe lo logró cuando el solista subió a una señora fan que no sólo supo cumplir su sueño al ser abrazada y besada por su ídolo de décadas; la mujer se tomó el escenario logrando cantar la canción casi completa, pero no con inseguridad, más bien con una confianza divertida que provocó la ovación de todo el recinto. Estábamos siendo espectadores de una locura colectiva que llegó a su punto máximo con la interpretación de su hit "Never Gonna Give You Up". Dicha canción, Astley la inició en formato acústico e íntimo, para después dar paso a la versión original, terminando el show con una ola de aplausos.

Y para terminar la larga jornada, A-HA subió al Arena con una presentación en escena que no se parecía en lo adrenalínica a las anteriores, pero el manejo del vocalista, con la sensualidad que siempre lo ha caracterizado, cantó cada tema con el tono perfecto y con mínimos problemas de audio (igual que en los dos show anteriores). Llamaba la atención de disponibilidad de tecnología: 5 macbooks visibles. Cada canción era coreada por la mayor parte del público, pero por otro lado, ya era de madrugada y unos pocos se iban del lugar. El respaldo audiovisual era igual de bueno y básico que el de Blondie; de hecho, las imágenes iban en perfecta correlación con cada canción, ambientando sutilmente cada interpretación. "Take on me" puso el fin extraordinario a la jornada ochentera del Pepsi Fest 2009.