el culto a la imagen: cartesianos y consumistas + la televisión miente
Por entrelaspiedras.cl
Leyendo un poco en estos últimos días acerca del uso de la manipulación grosera de la imagen por parte de los medios de comunicación masivos y de nuestro voraz y superficial consumo de esta, decantaron e hicieron finalmente conexion en mi un par de viejas referencias y material aparentemente disímil que tenia guardado para escribir cuando se diera la ocasión. Y llegó de la mano de este extracto de Regis Debray:
Las relaciones que se establecen a traves de los media surgen primero de un déficit simbólico, de una dificultad en crear un vínculo social in situ. El “yo” ficticio, colma de una fascinación que se ceba en toda relación exclusiva a la imagen, es un “yo” sin relación y, al mismo tiempo, sin apoyo de identidad, susceptible, desde ese momento, de ser absorbido por el mundo de las imágenes donde cree poder encontrarse y reconocerse.
Lo que dice, o mas bien hace, en palabras complicadas y que se entienden mejor en el contexto de una lectura mas amplia sobre el tema, es enrostrarnos nuestra ingenuidad, vacío y liviandad al momento de ver, usar, absorver y apropiarnos de las imágenes sin leer (en sentido literal y figurado, ya lo verán) lo que estas dicen; y por negación nos habla del dominio brutal y experto de la imagen que tiene la industria y los medios dueños del poder simbólico para manipular significados a su antojo.
La cosa está en que la misma empresa comercializa Axe, el cual utiliza una política radicalmente contradictoria… casi llego a creerles.
Leyendo un poco en estos últimos días acerca del uso de la manipulación grosera de la imagen por parte de los medios de comunicación masivos y de nuestro voraz y superficial consumo de esta, decantaron e hicieron finalmente conexion en mi un par de viejas referencias y material aparentemente disímil que tenia guardado para escribir cuando se diera la ocasión. Y llegó de la mano de este extracto de Regis Debray:
Las relaciones que se establecen a traves de los media surgen primero de un déficit simbólico, de una dificultad en crear un vínculo social in situ. El “yo” ficticio, colma de una fascinación que se ceba en toda relación exclusiva a la imagen, es un “yo” sin relación y, al mismo tiempo, sin apoyo de identidad, susceptible, desde ese momento, de ser absorbido por el mundo de las imágenes donde cree poder encontrarse y reconocerse.
Lo que dice, o mas bien hace, en palabras complicadas y que se entienden mejor en el contexto de una lectura mas amplia sobre el tema, es enrostrarnos nuestra ingenuidad, vacío y liviandad al momento de ver, usar, absorver y apropiarnos de las imágenes sin leer (en sentido literal y figurado, ya lo verán) lo que estas dicen; y por negación nos habla del dominio brutal y experto de la imagen que tiene la industria y los medios dueños del poder simbólico para manipular significados a su antojo.
La cosa está en que la misma empresa comercializa Axe, el cual utiliza una política radicalmente contradictoria… casi llego a creerles.
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