Sobrevivencia
Por Francisco Renard
La verdad es que no sé como hemos podido sobrevivir.
Fuimos la generación de la "espera"; nos pasamos nuestra infancia y juventud esperando... Teníamos que reposar dos horas el almuerzo para no acalambrarnos en el agua, dos horas de siesta para poder descansar, nos dejaban en ayunas toda la mañana del domingo hasta la hora de la comunión, en la misa,así que es difícil creer que estemos vivos.
Nosotros viajábamos en autos sin cinturones de seguridad y sin airbag, hacíamos viajes de 10-12 h. con cinco personas en un Fiat 600 y no sufríamos el síndrome de la clase turista. No tuvimos puertas, armarios o frascos de remedios con tapa aprueba de niños. Andábamos en bicicleta sin casco, nos sacábamos la chucha y nos rompíamos las rodillas y las manos, y nuestros amigos se cagaban de la risa y ninguno se traumó. Los columpios eran de metal, con esquinas en punta y jugábamos a ver quien era el más bestia tratando de dar la vuelta completa, hazaña imposible en la que más de alguno fue hospitalizado por un TEC cerrado...
Pasábamos horas construyendo carretones para bajar por las cuestas y sólo cuando estábamos frente a un choque inminente descubríamos que habíamos olvidado los frenos. Jugábamos al "palo mayor" al "caballito de bronce" y nadie sufrió hernias ni dislocaciones vertebrales. Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y sólo volvíamos cuando se encendían las luces de la calle. Nadie podía localizarnos. No había celulares, ni siquiera todos teníamos teléfono.
Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había ninguna ley para demandar a los culpables. Nos abríamos la cabeza jugando a guerra de piedras y no pasaba nada, eran cosas de niños y se curaban con povidona yodada y unos puntos. Nadie a quién culpar, sólo a nosotros mismos. Comíamos dulces y bebíamos jugos yupi, pero no éramos obesos. Si acaso alguno era gordo lo era y punto.
Compartimos botellas de bebidas o lo que se pudiera beber y nadie se contagió de nada. Nos contagiábamos los piojos en el colegio y nuestras madres lo arreglaban lavándonos la cabeza con vinagre caliente. Nos poníamos de acuerdo con los amigos y salíamos. O ni siquiera nos poníamos de acuerdo, salíamos a la calle y allí nos encontrábamos y jugábamos al "Pillarse", las "escondidas"(entre ellas su variante, la escondida China... si te acuerdas eres un cochinon jejejeje) a las bolitas, o simplemente hacíamos maldades.
En fin, era tecnología de punta. Íbamos en bici o andando hasta casa de los amigos y llamábamos a la puerta. ¡Imagínense!, sin pedir permiso a los padres, y nosotros solos, allá fuera, en el mundo cruel ¡Sin ningún responsable! ¿Cómo lo conseguimos? Hicimos juegos con palos, perdimos mil pelotas de fútbol. Bebíamos agua directamente de la llave, sin embotellar, y algunos incluso chupaban la llave. Íbamos a cazar lagartijas y pájaros con la escopeta de perdigones", o con "poroteras" antes de ser mayores de edad y sin adultos, ¡¡DIOS MÍO!! .
En los juegos de la escuela, no todos participaban en los equipos y los que no lo hacían, tuvieron que aprender a lidiar con la decepción. Algunos estudiantes no eran tan inteligentes como otros y repetían curso... ¡Qué horror, no inventaban exámenes extra!.
Veraneábamos durante 3 meses seguidos, y pasábamos horas en la playa sin crema de protección solar de factor 40, sin flotadores ni clases de natación, pero sabíamos construir fantásticos castillos de arena con foso y pescar con arpón. Molestábamos a las niñas persiguiéndolas para tocarles el culo, y las niñas mandando cartas de amor a los niños con esquelas de frutillita o de los cariñositos, no en un chat diciendo ": )" ": D" ": P".
Tuvimos libertad, fracaso, éxito y responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello. No te extrañe que ahora los niños salgan "AWEONAOS". Si tú eres de los de antes... Felicidades!!! Tuvimos suerte en sobrevivir!!!
La verdad es que no sé como hemos podido sobrevivir.
Fuimos la generación de la "espera"; nos pasamos nuestra infancia y juventud esperando... Teníamos que reposar dos horas el almuerzo para no acalambrarnos en el agua, dos horas de siesta para poder descansar, nos dejaban en ayunas toda la mañana del domingo hasta la hora de la comunión, en la misa,así que es difícil creer que estemos vivos.
Nosotros viajábamos en autos sin cinturones de seguridad y sin airbag, hacíamos viajes de 10-12 h. con cinco personas en un Fiat 600 y no sufríamos el síndrome de la clase turista. No tuvimos puertas, armarios o frascos de remedios con tapa aprueba de niños. Andábamos en bicicleta sin casco, nos sacábamos la chucha y nos rompíamos las rodillas y las manos, y nuestros amigos se cagaban de la risa y ninguno se traumó. Los columpios eran de metal, con esquinas en punta y jugábamos a ver quien era el más bestia tratando de dar la vuelta completa, hazaña imposible en la que más de alguno fue hospitalizado por un TEC cerrado...
Pasábamos horas construyendo carretones para bajar por las cuestas y sólo cuando estábamos frente a un choque inminente descubríamos que habíamos olvidado los frenos. Jugábamos al "palo mayor" al "caballito de bronce" y nadie sufrió hernias ni dislocaciones vertebrales. Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y sólo volvíamos cuando se encendían las luces de la calle. Nadie podía localizarnos. No había celulares, ni siquiera todos teníamos teléfono.
Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había ninguna ley para demandar a los culpables. Nos abríamos la cabeza jugando a guerra de piedras y no pasaba nada, eran cosas de niños y se curaban con povidona yodada y unos puntos. Nadie a quién culpar, sólo a nosotros mismos. Comíamos dulces y bebíamos jugos yupi, pero no éramos obesos. Si acaso alguno era gordo lo era y punto.
Compartimos botellas de bebidas o lo que se pudiera beber y nadie se contagió de nada. Nos contagiábamos los piojos en el colegio y nuestras madres lo arreglaban lavándonos la cabeza con vinagre caliente. Nos poníamos de acuerdo con los amigos y salíamos. O ni siquiera nos poníamos de acuerdo, salíamos a la calle y allí nos encontrábamos y jugábamos al "Pillarse", las "escondidas"(entre ellas su variante, la escondida China... si te acuerdas eres un cochinon jejejeje) a las bolitas, o simplemente hacíamos maldades.
En fin, era tecnología de punta. Íbamos en bici o andando hasta casa de los amigos y llamábamos a la puerta. ¡Imagínense!, sin pedir permiso a los padres, y nosotros solos, allá fuera, en el mundo cruel ¡Sin ningún responsable! ¿Cómo lo conseguimos? Hicimos juegos con palos, perdimos mil pelotas de fútbol. Bebíamos agua directamente de la llave, sin embotellar, y algunos incluso chupaban la llave. Íbamos a cazar lagartijas y pájaros con la escopeta de perdigones", o con "poroteras" antes de ser mayores de edad y sin adultos, ¡¡DIOS MÍO!! .
En los juegos de la escuela, no todos participaban en los equipos y los que no lo hacían, tuvieron que aprender a lidiar con la decepción. Algunos estudiantes no eran tan inteligentes como otros y repetían curso... ¡Qué horror, no inventaban exámenes extra!.
Veraneábamos durante 3 meses seguidos, y pasábamos horas en la playa sin crema de protección solar de factor 40, sin flotadores ni clases de natación, pero sabíamos construir fantásticos castillos de arena con foso y pescar con arpón. Molestábamos a las niñas persiguiéndolas para tocarles el culo, y las niñas mandando cartas de amor a los niños con esquelas de frutillita o de los cariñositos, no en un chat diciendo ": )" ": D" ": P".
Tuvimos libertad, fracaso, éxito y responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello. No te extrañe que ahora los niños salgan "AWEONAOS". Si tú eres de los de antes... Felicidades!!! Tuvimos suerte en sobrevivir!!!
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